jueves, 10 de noviembre de 2011
Las Enseñanzas del Arte Suave
El jiu jitsu es un arte marcial que a simple vista parece deporte de contacto que se concentra en la lucha en el suelo con el fin de llegar a una posición dominante y emplear distintas sumisiones para neutralizar a un oponente. Sin embargo, los que lo practicamos sabemos que en esencia, el jiu jitsu es mucho más que eso.Primeramente, mi experiencia en el jiu jitsu no habría sido la misma de no haber llegado por casualidades de la vida al gimnasio Sniper en el año 2008. En ese tiempo el deporte no era tan difundido en mi entorno y por ende terminé siendo un chico de 15 años que entrenaba con personas que tenían más de 20. A pesar de ser el menor, siempre fui tratado en todo momento con el mismo respeto que se tenían los mayores entre ellos. Mi inexperiencia en este deporte siempre fue alimentada por los consejos y recomendaciones de mis profesores y compañeros para seguir mejorando. Con el pasar de los meses, mis compañeros de entrenamiento se convirtieron en mis amigos y mis profesores en verdaderos mentores. Más allá del compañerismo, en el Sniper se siente un ambiente familiar donde todos somos uno y eso contagia a los alumnos que cruzan sus puertas.Lo que me cautivó del jiu jitsu fue la filosofía en la que se sustenta, en la que la técnica vence a la fuerza. Esto lo convierte en un deporte justo, con igualdad de condiciones para todos, que hace vencedor a aquel que entrena más y tiene la mejor técnica. Es así como he visto a alumnos someter oponentes que pesan tres veces más que ellos, o en mi caso, con unos meses de entrenamiento poder hacer frente a practicantes de mayor edad y peso. Con el protagonismo de la técnica, el despliegue de ésta última en cada lucha hace al jiu jitsu un verdadero espectáculo, o como lo dice su traducción al japonés, un arte suave.Una de las enseñanzas más importantes del jiu jitsu es el respeto por el compañero y el aprendizaje mutuo. A pesar de ser un deporte en el que prima la estrategia personal, un elemento clave del entrenamiento es el sparring. Esto se refiere al combate contra un compañero, en la que se ponen en práctica las técnicas aprendidas. La idea es cuidar y respetar al oponente en todo momento, tornando una simple pelea en un espectáculo de ajedrez humano. En otras palabras, el jiu jitsu me enseñó a dejar de ver al oponente como tal, sino verlo como un aliado, que me permite aprender de él y de mí mismo.A diferencia de otros deportes de contacto, para ascender de cinturón en el jiu jitsu, el tiempo que se tiene entrenando o la cantidad de técnicas que uno domine es irrelevante. Uno asciende de cinturón cuando el profesor considera que el alumno está preparado, por lo que el jiu jitsu incentiva la perseverancia en el alumno y un deseo constante de mejorar. Cuando veía que alumnos con menos tiempo que yo empezaban a ascender de cinturón, sentía cierta frustración, pero mi profesor, Christian Grimaldo me ayudó a comprender que la práctica hace al maestro. Por eso, empecé a entrenar con mayor frecuencia y dedicación, aprendiendo de mis errores en cada pelea, determinado a conseguir mi cinturón azul. Cuando finalmente lo conseguí, sentí la satisfacción de saber que lo había ganado como producto de mi esfuerzo y perseverancia, y nada más.Por otro lado, este deporte también me dio la oportunidad de competir y medir mis habilidades en el tatame fuera del gimnasio. Reconozco que mi inicio en el jiu jitsu competitivo estuvo retrasado, mucho más de lo deseado. Si bien para cada campeonato que se avecinaba, me preparaba arduamente para competir; finalmente encontraba alguna excusa para no hacerlo. A pesar del hecho de que no es obligación para ningún alumno competir, sentía un deseo de representar a mi escuela que se veía frustrado por el miedo a la derrota y al fracaso en público. Llegó un punto en el que me cansé de hacer mía la gloria de mis compañeros desde la línea del público y decidí enfrentar mis miedos y competir. Tuve el privilegio de hacerlo representando al Sniper dos veces, pero más allá que las medallas de plata, mi recompensa por competir fue vencer el temor al fracaso. Además, fue tuve la oportunidad de sentir el aliento incondicional de todo el equipo coreando mi nombre desde la línea del público y apoyándome, sin importar el resultado de la pelea.Para mi suerte, lo que comenzó como una actividad de verano se terminó por convertir en una parte importante de mi vida. Mas allá de las habilidades marciales que me dio el jiu jitsu, mi experiencia entrenándolo en Sniper incrementó mi confianza en mi mismo, así como también me enseñó valores importantes como el respeto por los demás, la perseverancia para conseguir algo que deseo y aprender a enfrentar mis temores. Si bien por el momento no estoy entrenando diariamente como solía hacerlo, es solo porque estoy enfocado totalmente en mis exámenes del Bachillerato Internacional. Cuando no entreno, el jiu jitsu me hace falta y no veo la hora de volver, de volver al tatame del Sniper, de volver a reencontrarme y entrenar con esa segunda familia que tengo en el gimnasio.
Juan Zea Gomez.
PD-Juan Zea es hoy cinturon azul de Jiujitsu del Sniper Gym un buen deportista y una persona A1 , creo en el Facebook el Grupo ACADEMIA SNIPER, muchas gracias por todo y regresa pronto con tu Family, Ossss¡¡
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Gracias Oz, muchos saludos y un abrazo.
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