Bueno ahora si toca mi floro feeling. Las artes marciales me han acompañado toda mi vida y me han enseñado mucho. En especial el jiujitsu en esta década pasando a mis 40’s. Las artes de contacto, no mienten. Eres lo que eres, totalmente independiente de lo que te florees en tu cabeza, o te creas en tu mente
El sparring no miente. No hay golpes mágicos, ni técnicas secretas, solo horas de vuelo en donde tienes que hacer que las técnicas funcionen y se vuelvan realmente efectivas, probándolas con un oponente que se resiste a que se las hagas. El jiujitsu tiene el factor escencial del “reality check”, el resultado: humildad.
Porque un día puedes sentirte muy ágil, fuerte, motivado y dominas o sometes a todos los que te tocan; así mismo como otro día tienes el cerebro embotado y no tienes físico y literalmente trapean el piso contigo. Tal cual es el día a día de cualquier persona de a pie que la pelea por su familia, sus hijos, sus proyectos, o lo que sea. No se trata de ganar, si no disfrutar del camino con una comunidad con la que te sientas bien y aprender con cada subida y bajada.
El cinturón morado es la mitad del camino a cinturón negro, que se obtiene en un promedio de entre 10 a 15 años o más. Por eso cada cinturón de jiujitsu cuesta tanto. La verdad que aun tengo en la cabeza ver a los cinturones morados como uno conches (y lo son), y pienso que debo tener la talla de un morado de mi academia Sniper. Así que, hay chamba por varios años y a disfrutarlos!
Y bueno, no olvidar el agradecimiento a mis profesores Christian Freyre, Lushito Lusssshito, a todos los faixas pretas del Sniper, marrones, morados, azules y blancos! Oss!
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